El bullying, o acoso escolar, es un fenómeno que ha ganado atención debido a su creciente prevalencia y las devastadoras consecuencias que puede tener, incluyendo el suicidio en jóvenes. En Colombia, estudios de organizaciones como Bullying Sin Fronteras y la Universidad Pontificia Javeriana revelan cifras alarmantes, con 8,981 casos documentados entre 2020 y 2021 durante la pandemia, lo que convierte al país en uno de los más afectados por el acoso escolar.

Más allá de las cifras, es importante reconocer que las nuevas generaciones enfrentan retos significativos en su desarrollo emocional. Muchos jóvenes han experimentado una disminución en su capacidad para manejar situaciones difíciles, en parte debido a una crianza sobreprotectora o negligente que limita su habilidad para establecer límites y ser sensibles a las emociones ajenas. La filósofa española Montserrat Nebrera se refiere a esta situación como la «generación de cristal», caracterizada por una vulnerabilidad exacerbada. La conexión humana se ha visto sustituida, en muchas ocasiones, por interacciones digitales que, aunque interconectan, también aíslan. El uso de smartphones y redes sociales ha cambiado la forma en que los jóvenes se comunican, llevándolos a buscar validación a través de «likes» y otras recompensas instantáneas, lo que puede contribuir a la soledad y la desesperanza.
A medida que la tecnología avanza, también lo hacen los desafíos relacionados con el acoso escolar y el ciberacoso. Una reflexión crucial que debemos considerar es cuánto tiempo dedicamos a las redes sociales en comparación con las interacciones cara a cara con familiares y amigos. Esta introspección es clave para abordar el problema del acoso y la salud mental de los jóvenes.
Para prevenir el acoso y fortalecer la salud mental, se proponen cinco estrategias:
1. Conexión
Es esencial establecer relaciones profundas y sinceras con las personas cercanas. Esta conexión genera un vínculo sólido de confianza que permite crear una red de apoyo, crucial en momentos de vulnerabilidad. La soledad y la desesperanza son factores que pueden llevar a los jóvenes a considerar el suicidio. Una red de apoyo sólida ayuda a que los adolescentes se sientan escuchados y respaldados, lo que puede ser vital en situaciones difíciles.
2. Respeto
La era digital ha diluido el sentido del respeto. Educar a los jóvenes sobre su valor intrínseco y su derecho a tener un espacio personal es fundamental. Cuando las personas se sienten valoradas, son más propensas a cuidar de sí mismas y a establecer límites saludables. Un entorno familiar que promueva el respeto y la privacidad fomenta la autoestima y el bienestar emocional.
3. Límites
Establecer límites es esencial para proteger nuestro espacio personal, emocional y mental. Es importante entender que no podemos cambiar a los demás, pero sí podemos tomar decisiones sobre nuestras interacciones. A través del autoconocimiento, podemos identificar qué aspectos de nuestra vida son innegociables y protegerlos activamente. Los límites sanos previenen el daño emocional y permiten relaciones más saludables.
4. Conocimiento de las emociones
Comprender que las emociones son esenciales para nuestra supervivencia y bienestar es crucial. Muchas veces, las emociones negativas son vistas como enemigas cuando, en realidad, su función es protegernos. Fomentar la inteligencia emocional a través del reconocimiento, la aceptación y la regulación de las emociones es fundamental para el desarrollo personal y para minimizar el impacto del acoso.
5. Empatía
La empatía permite a las personas entender y conectar con los sentimientos de los demás. Fomentar la empatía contribuye a crear un ambiente de apoyo y a disminuir el estigma en torno al acoso. Cuando se desarrollan relaciones empáticas, se pueden tomar acciones efectivas para contrarrestar el bullying, convirtiendo a los observadores en aliados en la lucha contra el acoso.
Los entornos que enseñan a los jóvenes estas estrategias desde una edad temprana son menos propensos a verlos como víctimas del acoso. Las relaciones saludables en el hogar son la base para la construcción de habilidades que ayudarán a los jóvenes a enfrentar el bullying y el ciberacoso. La clave está en fomentar conexiones emocionales que generen una red de apoyo estable y presente.

Raquel Villanueva
Psicóloga de la Universidad Católica Luis Amigó con experiencia en trabajo clínico-terapéutico individual y grupal mediante arte y lúdica. Experiencia organizacional. Consejera de restauracion y prevención del suicidio. Tallerista psicosocial en ONG Paz y Esperanza Colombia. Autora de Todo «Tiene Su Tiempo» cuento infantil.
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