Guía para fomentar relaciones saludables
En este mes, como Fundación Vínculo, queremos sensibilizar acerca de estrategias para atender el bullying escolar desde el interior de nuestros hogares y promover una sana convivencia en los establecimientos educativos. El bullying es un síntoma de una sociedad que está compuesta por familias, y estas, a su vez, por individuos que necesitan con urgencia amar y sentirse amados. Somos canales del amor de Dios en nuestra sociedad; hoy más que nunca debemos seguir el ejemplo de Jesús y amar como Él nos ama.
La sana convivencia y el buen trato en los ambientes educativos comienzan en casa. Es en nuestro hogar donde damos amor y enseñamos a amar, generando ambientes con conexión emocional, empáticos y en armonía. Así, enseñamos a nuestros hijos a cuidarse a sí mismos y a cuidar a otros, para que sean agentes positivos y activos que promuevan la paz, el buen trato y la sana convivencia escolar.
Para ello, como Fundación, queremos promover una cultura de buen trato. ¿Qué significa esto? Los niños y jóvenes necesitan desarrollar empatía, y esto lo aprenden en el hogar. Para enseñar a nuestros hijos a ser empáticos y a respetar a otros, primero debemos preguntarnos a nosotros mismos, con la ayuda del Espíritu Santo:
- ¿Soy yo, como padre/madre, un buen ejemplo de amor, empatía y respeto hacia los demás?
- ¿Qué características de otras personas me resultan difíciles de tolerar? (Características físicas, religión, creencias políticas, origen social, discapacidad, etc.).
- ¿Cuáles son mis actitudes frente a quienes tienen esas características?
La mejor manera de enseñar el buen trato en el hogar y, por ende, en la escuela, es siendo ejemplo de buen trato hacia los demás. Nuestros hijos aprenden más de lo que somos y de nuestro ejemplo como hijos de Dios que de lo que decimos o enseñamos con palabras.
Nosotros, como padres y madres, somos el mejor ejemplo de:
- Pedir perdón y perdonar
- Empatía
- Paciencia
- Solidaridad y generosidad
- Respeto y tolerancia
- Resolución de conflictos
- Toma de decisiones
- Regulación emocional
La primera sugerencia que queremos dar es que tengamos una mirada reflexiva y de autoevaluación, pues esta es la clave para generar una sana convivencia. Que el Señor nos dé la gracia para ser un buen ejemplo de amor.
Fortalecer la identidad de nuestros hijos
Además de ser ejemplos de buen trato, como padres y madres es muy importante fortalecer la identidad de nuestros hijos para que sean menos propensos a ser víctimas de bullying. Para ello, es fundamental que sepan que cuentan con redes de apoyo (soporte emocional), siendo nosotros los primeros en brindarles ese respaldo, junto con otras figuras de cuidado como la familia, amigos, miembros del establecimiento escolar, la iglesia, etc.
Es necesario que ellos puedan expresar lo que sienten sin miedo a ser juzgados y que desarrollen su autonomía al buscar alternativas para resolver conflictos y defenderse ante amenazas externas. Podemos escucharlos empáticamente, validar sus emociones y luego guiarlos en la búsqueda de estrategias adecuadas, empoderándolos para establecer límites con respeto.
Para fortalecer su identidad, también necesitan saber que en el hogar se reconocen sus avances, logros y esfuerzos. Deben sentirse bien con quienes son, sabiendo que son aceptados tal como son.
Es fundamental que en casa se promueva el desarrollo de talentos y habilidades, que se les enseñe a aprender de los errores con respeto, que haya permiso para equivocarse sin que eso ponga en juego su valor personal ni el amor que se les tiene.
Por último, es importante que sepan que son personas con características únicas y que su presencia en la sociedad es valiosa. Ser diferentes no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad de aprendizaje. En la diversidad está la riqueza.
Si tu hijo/a es víctima de bullying
A pesar de todos nuestros esfuerzos por fortalecer la identidad de nuestros hijos, puede ocurrir que sean víctimas de bullying en la escuela. En este caso, te sugerimos:
- Escuchar atentamente sin juzgar, creerle y validar sus emociones.
- Evitar “minimizar” la situación; el bullying no es un juego de niños.
- Recordarle que no tiene la culpa de lo que está ocurriendo.
- Identificar qué lo está causando (su personalidad, el ambiente, redes de protección, etc.).
- Preguntarnos: ¿Este rechazo que está viviendo tiene que ver con una falta de desarrollo socioemocional? ¿Necesita aprender a establecer límites claros?
Enséñale a no tomarse todo de manera personal, ya que muchas veces los comentarios ofensivos de los demás provienen de su propio enojo o frustración.
Como padres, evitemos tomar la justicia por nuestras manos (no debemos enfrentarnos con los estudiantes o sus padres). En su lugar, es fundamental mantener contacto con el colegio para dar a conocer la situación, sin culpabilizar por completo a la institución, sino buscando una solución en conjunto.
Podemos ayudarles a transformar estas experiencias negativas en oportunidades de crecimiento personal. Para ello, evitemos victimizar a nuestros hijos o resolver el problema por ellos. Trabajemos juntos en estrategias para enfrentar la situación sin tomar decisiones sin su consentimiento, pues esto podría fracturar nuestra relación con ellos.
Anímale a contar lo sucedido a los adultos responsables de la institución educativa (profesor, psicólogo, etc.). Es importante registrar los hechos detalladamente, ya que puede necesitar contar su versión varias veces sin olvidar detalles.
Si la situación lo requiere, no dudes en consultar con un especialista.
Si tu hijo/a es testigo de bullying
Si nuestros hijos son testigos de bullying, es clave conversar con ellos y ayudarles a desarrollar empatía con la víctima. Es importante romper el silencio y explicarles que no intervenir, ya sea directa o indirectamente, también es una forma de agresión.
Podemos motivarlos a reportar el incidente a los adultos de confianza, incluso de manera anónima. Con nuestro apoyo, sentirán que no están solos y tendrán la fortaleza y esperanza de que la situación puede cambiar.
Si tu hijo/a es el acosador
Si descubrimos que nuestro hijo/a está acosando a otros, es fundamental actuar de inmediato. No permitamos que la situación pase desapercibida. El bullying es una señal de alerta que refleja algo que le está sucediendo y que necesita atención urgente.
Es importante:
- Escucharlo/a sin culpabilizarlo/a para comprender su versión de los hechos.
- Explicarle que intimidar no es un juego y que debe aprender a ser empático con los demás.
- Ayudarle a asumir las consecuencias de sus actos (por ejemplo, realizando trabajo voluntario o escribiendo una carta de disculpa).
- Evitar humillarlo/a públicamente.
También es una oportunidad para establecer normas claras sobre la convivencia en el hogar. Puede que entre hermanos exista un trato hostil o que en la familia no se hayan definido límites adecuados.
Asumir la responsabilidad como padres
Como padres y madres, debemos asumir la responsabilidad y, si no sabemos cómo manejar la situación, buscar ayuda con humildad. Garantizar el tratamiento psicológico oportuno es clave si nuestro hijo/a lo requiere.
En la Fundación Vínculo contamos con profesionales dispuestos a ayudarte en cualquiera de estas situaciones. Creemos que estos momentos pueden ser oportunidades para reflexionar como padres y madres sobre cómo estamos amando dentro de nuestros hogares y si estamos siendo ejemplo del amor de Dios en nuestra sociedad. Busquemos nuevas maneras de conectar emocionalmente con nuestros hijos, revisar nuestras formas de relacionarnos en la familia, sanar heridas, perdonar y pedir perdón, aprender a resolver conflictos, comunicarnos asertivamente y establecer límites claros. Así, podremos ayudar a nuestros hijos a ser más autónomos, empáticos y a llevar la luz de Jesús a los lugares donde estudian.
Con todo el amor,